
¿Tu flota contamina más de lo que debería? Comienza a medir y reducir tu huella
¿Sabías que el transporte de carga es uno de los mayores contribuyentes a la contaminación ambiental?
En Chile, el sector transporte en su conjunto genera alrededor del 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero del país, y solo el transporte de carga por carretera representa cerca del 11% de las emisiones nacionales. Este impacto no solo agrava el calentamiento global, sino también la calidad del aire local.
Si sospechas que tu flota está contaminando más de lo debido, es momento de tomar acción: comienza midiendo su huella y aplica estrategias efectivas para reducir las emisiones sin sacrificar la eficiencia operativa.
Impacto ambiental del transporte de carga
El transporte de carga tiene un impacto significativo en el medio ambiente. Los camiones y vehículos pesados emiten grandes cantidades de dióxido de carbono (CO₂) y otros contaminantes atmosféricos en sus operaciones diarias.
De hecho, en Chile el transporte de carga es responsable de más de una décima parte de todos los gases de efecto invernadero.
Además, estos vehículos diésel contribuyen a la contaminación local con material particulado (humo, hollín) y óxidos de nitrógeno, afectando la calidad del aire en ciudades y zonas cercanas a rutas transitadas.
Las presiones regulatorias van en aumento para mitigar estos efectos. Chile ha adoptado estándares más estrictos de emisión: por ejemplo, la exigente norma Euro 6 ya entró en vigor, obligando a que los vehículos nuevos cuenten con tecnología avanzada que reduce en 99% las partículas y 56% los óxidos de nitrógeno, disminuyendo incluso el consumo de combustible y las emisiones de CO₂ en hasta un 7%.
A largo plazo, el país se ha fijado metas ambiciosas de electromovilidad: a partir de 2045, el 100% de las ventas de camiones y buses nuevos deberán ser vehículos cero emisiones.
Esto significa que las flotas tendrán que migrar gradualmente hacia tecnologías más limpias (como camiones eléctricos o a hidrógeno) para cumplir con la normativa y evitar restricciones en el futuro.
No solo las leyes impulsan el cambio; también hay una creciente demanda de sostenibilidad por parte de clientes, comunidades e inversionistas. Programas voluntarios como Giro Limpio del Ministerio de Energía están ganando terreno, promoviendo buenas prácticas en el transporte limpio.
Ya 150 empresas de transporte chilenas se han adherido a esta iniciativa, incorporando más de 10.500 camiones (5% de la flota nacional) comprometidos con reducir su huella.
En resumen, reducir la contaminación de tu flota no es solo cuestión ambiental, sino también un imperativo para cumplir con exigencias legales y mantener la competitividad en un mercado cada vez más consciente.
Cómo medir las emisiones de tu flota
Antes de poder reducir la huella de carbono de tu flota, necesitas medirla adecuadamente. Afortunadamente, hoy existen herramientas tecnológicas que facilitan este proceso. La clave está en la telemetría y los sistemas de monitoreo embarcados en cada vehículo.
Los dispositivos telemáticos instalados en los camiones recolectan una variedad de datos del computador a bordo (ECU) y de sensores: litros de combustible consumidos, kilometraje recorrido, tiempo en ralentí (motor encendido sin avanzar), entre otros.
Esta información se envía en tiempo real a una plataforma central, donde se analiza y presenta en paneles de control intuitivos. Por ejemplo, la tecnología actual de seguimiento es capaz de obtener directamente del vehículo cuántos kilómetros recorre por litro y el consumo exacto de combustible, procesando esos datos para entregar métricas útiles a la gestión.
Con esas métricas, es sencillo calcular las emisiones de CO₂ de cada unidad (ya que por cada litro de diésel quemado se emiten aproximadamente 2,6 kg de CO₂).
Algunas empresas incluso llevan esto un paso más allá: miden la huella de carbono en tiempo real, sabiendo cuántos kg de CO₂ por hora emite cada vehículo y cuantificando las reducciones logradas al mejorar operaciones o introducir vehículos más limpios.
Estos datos detallados sirven para elaborar reportes de sostenibilidad (ESG) y demostrar avances frente a estándares internacionales.
Para hacer un seguimiento eficaz, conviene definir KPIs ambientales (indicadores clave de desempeño verdes) para tu flota. Algunos ejemplos útiles son:
Emisiones totales de CO₂ por período: toneladas de CO₂ emitidas al mes o al año por toda la flota.
Intensidad de emisiones: gramos de CO₂ por kilómetro recorrido, o por tonelada de carga entregada (mide la eficiencia en emisiones).
Consumo promedio de combustible: litros por cada 100 km, que se relaciona directamente con la huella de carbono.
Porcentaje de kilómetros en vacío: proporción de recorridos hechos sin carga (mientras más “viajes en vacío”, mayor es la ineficiencia y emisiones innecesarias)simpliroute.comsimpliroute.com.
Horas en ralentí: tiempo total que los vehículos pasan con el motor encendido sin moverse, consumiendo combustible en vano.
Estos KPIs te permiten evaluar el desempeño ambiental de tu operación y detectar dónde están las mayores oportunidades de mejora.
Por ejemplo, si descubres que un porcentaje alto de las horas de motor son en ralentí, o que ciertos camiones emiten mucho más CO₂ por km que otros, puedes enfocar acciones específicas en esos aspectos.
Buenas prácticas para reducir la huella de carbono de tu flota
Una vez que tienes visibilidad sobre cuánto y cómo está contaminando tu flota, el siguiente paso es implementar buenas prácticas para reducir esas emisiones.
A continuación, revisamos las acciones más efectivas que toda empresa de transporte debería considerar:
Mantenimiento preventivo y óptimo estado mecánico
Un mantenimiento preventivo riguroso es fundamental para que cada vehículo opere con la máxima eficiencia energética. Motores bien afinados, filtros de aire limpios, y neumáticos con la presión correcta consumen menos combustible y, por ende, emiten menos CO₂.
Por el contrario, una flota mal mantenida puede incrementar su consumo (y sus emisiones) significativamente debido a fallas, piezas desgastadas o ajustes deficientes.
Implementar un programa de mantenimiento preventivo reduce reparaciones costosas, evita paradas imprevistas y disminuye la huella de carbono al asegurar que los camiones funcionen de forma óptima.
Por ejemplo, un motor diésel con inyectores sucios o mala combustión expulsará más contaminantes y requerirá más combustible para generar la misma potencia.
Con mantenimientos periódicos (cambios de aceite, afinamiento, revisión de sistemas de escape y post-tratamiento), se garantiza que cada gota de combustible produzca el mayor trabajo posible.
Además, un buen mantenimiento incluye aspectos como verificar la presión de los neumáticos – neumáticos correctamente inflados reducen la resistencia al rodaje y pueden ahorrar hasta un 3-5% de combustible – y calibrar los sistemas de inyección y emisiones según lo recomendado por el fabricante.
Estas prácticas prolongan la vida útil de los vehículos y reducen tanto las emisiones como los costos operativos a largo plazo.
Renovación de la flota y tecnología más limpia
No podemos ignorar que los camiones más antiguos suelen contaminar mucho más que los modelos nuevos.
Si tu flota cuenta con vehículos de hace 15 o 20 años, es muy probable que sus motores carezcan de los avances en eficiencia y control de emisiones presentes en tecnologías modernas.
Renovar la flota de forma planificada es una inversión clave para reducir la huella ambiental: los camiones recientes con estándar Euro 5/Euro 6 emiten considerablemente menos partículas y gases nocivos que aquellos con normativa antigua (Euro 3 o anteriores). Incluso dentro de la misma generación, cada mejora en la tecnología de motores puede traducirse en varios puntos porcentuales menos de consumo de combustible.
Chile está incentivando la adopción de vehículos de bajas o cero emisiones. La Ley 21.305 de Eficiencia Energética incluyó medidas como beneficios tributarios (depreciación acelerada) para fomentar la incorporación de camiones eléctricos o híbridos en las empresas.
Estos vehículos, si bien requieren una inversión inicial mayor, eliminan las emisiones de escape (en el caso de eléctricos puros) y reducen drásticamente el CO₂ emitido por kilómetro, además de disminuir gastos de combustible a mediano plazo.
Por supuesto, migrar a energías más limpias debe ser un proceso gradual y considerando la operación (autonomía, infraestructura de carga, etc.), pero cada incorporación de un vehículo más limpio reduce inmediatamente la huella de carbono de la flota y prepara tu empresa para las metas de 2035 y 2045 antes mencionadas.
En la práctica, una estrategia equilibrada podría ser reemplazar primero los vehículos más antiguos o menos eficientes por modelos nuevos o menos contaminantes. También puedes explorar opciones como kits de reconversión (por ejemplo, dispositivos que convierten camiones diésel en híbridos) que, según innovaciones locales, llegan a reducir entre un 8% y 24% las emisiones de CO₂ de camiones existentes.
Lo importante es planificar el recambio vehicular como parte de tu compromiso ambiental, aprovechando incentivos disponibles y proyectando los ahorros en consumo que la nueva flota generará.
Optimización de rutas y logística inteligente
Cada kilómetro recorrido de más es combustible desperdiciado y emisiones adicionales. Por eso, la optimización de rutas es una de las medidas más efectivas para disminuir la huella de carbono en el transporte.
Se trata de planificar inteligentemente los trayectos de tus camiones para minimizar las distancias innecesarias, evitar viajes vacíos y sortear congestionamientos. Una ruta bien planificada no solo ahorra tiempo y costos, sino que también reduce notablemente las emisiones.
Herramientas de optimización de rutas, como la solución que ofrecemos en alianza con Simpliroute, permiten planificar recorridos eficientes considerando múltiples variables (ventanas horarias, capacidad de carga, tráfico, etc.).
Un buen punto de partida es trazar siempre la ruta más corta posible para las entregas o viajes de tus camiones. Sin embargo, “la ruta más corta” no siempre significa “la más rápida” ni la más eficiente en emisiones.
También conviene evitar las horas pico y vías altamente congestionadas, ya que un camión atrapado en tráfico consume combustible mientras está detenido o avanzando a bajas velocidades.
Los vehículos son mucho más eficientes con el tránsito fluido, por lo que programar las salidas en horarios valle puede marcar una diferencia. Igualmente, agrupar entregas por zona geográfica (en vez de hacer múltiples viajes a la misma área) reduce kilómetros recorridos.
Hoy existen softwares de optimización de rutas muy avanzados (basados en IA y análisis de datos), capaces de reorganizar decenas de entregas y camiones para hallar el plan óptimo en segundos.
Estas herramientas logran resultados sorprendentes: por ejemplo, empresas que han implementado soluciones de ruteo inteligente han visto hasta un 30% de reducción en los kilómetros recorridos y en las emisiones de CO₂ asociadas.
Esto se logra combinando cargas de manera eficiente (maximizando la utilización de cada camión) y evitando recorridos redundantes.
Si tu operación involucra distribución urbana o entrega de última milla, esta optimización es crítica para ser competitivo y a la vez sostenible.
Control del ralentí y ahorro de combustible en detenciones
El ralentí (mantener el motor encendido mientras el vehículo está detenido) es un enemigo silencioso de la eficiencia. Muchos conductores dejan el camión encendido durante esperas de carga/descarga, trámites, o incluso descansos, a veces para mantener el aire acondicionado o la calefacción en la cabina.
Sin darse cuenta, esta práctica consume una cantidad enorme de combustible sin mover el camión ni generar ingresos, y por supuesto emite CO₂ y contaminantes en vano.
Para dimensionar el problema: se estima que un solo camión puede gastar en promedio alrededor de $1.200.000 de pesos chilenos al año solo por permanecer en ralentí durante las esperas.
¡Esa es gasolina literalmente quemada sin avanzar ni un kilómetro! Por ello, una de las mejores prácticas operativas es establecer políticas claras de apagado de motor en detenciones prolongadas. Educa a tus conductores para que apaguen el vehículo si la espera excederá ciertos minutos (por ejemplo, más de 2–3 minutos).
Muchos camiones modernos ya vienen con sistemas de Idle Shutoff que apagan automáticamente el motor tras un tiempo de inactividad; asegúrate de habilitar y utilizar esas funciones si están disponibles.
Otra solución tecnológica son los climatizadores de cabina auxiliares. Como mencionamos, gran parte del ralentí ocurre porque el chofer necesita climatizar la cabina (frío o calor).
Existen equipos eléctricos de aire acondicionado/calefacción para camiones que funcionan con baterías mientras el motor está apagado. Invertir en estos dispositivos permite mantener el confort del conductor sin hacer funcionar el motor completo, eliminando esas horas de ralentí por confort.
En conjunto con la telemetría, puedes monitorear remotamente cuándo y dónde se producen tiempos excesivos en ralentí y trabajar con tu equipo para minimizarlos (sea vía capacitación o con soluciones técnicas). Cada litro de diésel ahorrado en ralentí es un litro de emisiones evitadas y pesos que no se gastan.
Capacitación en conducción eficiente
El factor humano es quizás el más determinante en el consumo de combustible de una flota. Dos conductores manejando el mismo modelo de camión, en la misma ruta, pueden tener consumos muy distintos dependiendo de sus hábitos de conducción.
Por ello, invertir en capacitación de conducción eficiente (también conocida como “eco-conducción”) trae beneficios enormes tanto para reducir emisiones como para mejorar la seguridad vial.
¿En qué consiste la conducción eficiente? Incluye prácticas como:
Aceleraciones y frenadas suaves: Evitar los “piques” y frenazos bruscos, manteniendo una velocidad lo más constante posible.
Anticipación y lectura del camino: Si el conductor prevé el tráfico y las luces rojas, puede soltar el acelerador con anticipación en lugar de frenar a último minuto, aprovechando la inercia.
Uso correcto de marchas: Conducir en el cambio adecuado (ni revoluciones demasiado altas ni muy bajas) para mantener el motor en su rango óptimo de eficiencia.
Velocidad moderada: Cada vehículo tiene una velocidad de crucero eficiente; excederla aumenta exponencialmente el consumo. Por ejemplo, pasar de 90 a 100 km/h puede elevar el consumo alrededor de un 10-15%.
Evitar ralentí prolongado: Como ya vimos, apagar el motor en paradas largas.
Capacitar a tus choferes en estas técnicas puede traducirse típicamente en un ahorro de combustible del 5% al 15%, dependiendo de cuánto difiera su estilo actual de las mejores prácticas. Además, una conducción más suave reduce el desgaste mecánico y el riesgo de accidentes, generando beneficios colaterales.
En Chile, programas como Giro Limpio están impulsando fuertemente la profesionalización en esta materia. De hecho, la Agencia de Sostenibilidad Energética ha desarrollado un Sistema Nacional de Conducción Eficiente para el Transporte de Carga, ofreciendo capacitaciones gratuitas con simuladores de manejo y cursos en línea para conductores de empresas adheridas.
La idea es que, tras entrenarse, el chofer aplique lo aprendido y mediante la telemetría se pueda luego medir su desempeño en variables como frenadas bruscas, tiempo en ralentí, exceso de velocidad, etc., que afectan el consumo.
Este enfoque integral – entrenar y luego monitorear con datos – asegura que la eficiencia lograda en pista no se pierda por malos hábitos.
En tu empresa, puedes implementar incentivos para estimular la eco-conducción: por ejemplo, bonos o reconocimientos al “Conductor Eficiente del Mes”, basados en métricas de consumo por km o puntuaciones de manejo que arroje la plataforma telemática. Esto genera motivación adicional para que todos apliquen las técnicas aprendidas, creando una cultura de manejo eficiente y seguro.
La tecnología como aliada: ¿Cómo ayuda Drivetech a monitorear y reducir emisiones?
Nosotros, en Drivetech, entendemos que gestionar una flota sostenible puede ser un desafío complejo. Por eso ofrecemos soluciones tecnológicas integrales que te ayudan a monitorear en tiempo real las emisiones de tu flota y a implementar las buenas prácticas descritas de forma más sencilla.
Nuestro enfoque combina hardware y software para darle a tu empresa control total sobre cada vehículo. Por ejemplo, instalamos dispositivos telemáticos en los camiones que capturan datos detallados de operación (GPS, consumo de combustible, velocidad, ralentí, diagnósticos del motor, etc.) y los enviamos a nuestra plataforma en la nube.
Desde allí, a través de dashboards personalizables, podrás ver cuánto CO₂ está emitiendo tu flota, identificar los camiones menos eficientes y recibir alertas si algún indicador se sale de parámetros normales. Incluso ofrecemos reportes automatizados de sustentabilidad que simplifican la generación de informes ESG o de cumplimiento normativo ambiental.
Cabe destacar algunas de nuestras herramientas pensadas específicamente para reducir la huella de carbono de tu operación:
Módulo de Mantenimiento: Te avisa de manera proactiva cuándo cada vehículo requiere servicio preventivo.
Mantener la flota al día disminuye la probabilidad de fallas, accidentes y la huella de carbono, optimizando el desempeño de los motores. Un camión bien mantenido es un camión que contamina menos – y nuestra plataforma se asegura de que ninguno se quede atrás en sus revisiones.Reporte de Consumo de Combustible: Nuestra solución registra los litros consumidos y kilómetros recorridos por cada vehículo, generando reportes claros donde puedes controlar el consumo, detectar anomalías y reducir costos.
Al identificar desviaciones (por ejemplo, un camión que de pronto rinde menos km/L de lo esperado), puedes investigar la causa: ¿necesita mantenimiento? ¿Conductor con mala técnica? ¿Ruta ineficiente? Así atacas el problema y bajas las emisiones asociadas.Optimización de Rutas (Drivetech + Simpliroute): Ofrecemos una poderosa herramienta de ruteo inteligente totalmente integrada a nuestra plataforma. Con ella, planificas las rutas de entrega más eficientes, asignando las cargas óptimamente y evitando kilómetros innecesarios.
Los resultados típicos de nuestros clientes son hasta un 30% de reducción en costos logísticos y emisiones de CO₂, gracias a una mejor planificación. Todos esos beneficios los obtienes sin salir del ecosistema Drivetech, con tus datos de flota ya sincronizados.Monitoreo de ralentí y conducción: Nuestra telemetría identifica en tiempo real cuándo un vehículo está en ralentí excesivo o si el conductor presenta comportamientos poco eficientes (aceleraciones bruscas, exceso de velocidad, etc.).
Estos eventos quedan registrados y se pueden auditar para capacitación. Incluso, mediante nuestra app Drivetech Drivers, podemos comunicar tips o alertas al conductor en el momento, fomentando hábitos más responsables al volante.
En Drivetech hablamos en primera persona porque nos involucramos como un aliado en la gestión diaria de tu flota. Sabemos que cada empresa es distinta: personalizamos dashboards, reportes y alertas según tus metas (ya sea reducir 10% el consumo este año, o mejorar la eficiencia por tonelada transportada, etc.).
Nuestro objetivo es que “con tu flota bajo control, tu negocio crece”, tal como dicta nuestro lema, y hoy eso incluye crecer de manera sustentable. Si logramos que tus camiones recorran la misma distancia consumiendo menos combustible, habremos conseguido juntos un triunfo doble: para tu bolsillo y para el planeta.
En conclusión, reducir las emisiones de tu flota es un camino que comienza midiendo y entendiendo tu impacto, para luego aplicar mejoras concretas apoyadas en tecnología.
Desde Drivetech te invitamos a dar ese primer paso: ¿tu flota contamina más de lo que debería? Es hora de averiguarlo, y estamos listos para ayudarte a medir, monitorizar y mitigar la huella de carbono de tus operaciones de transporte.
Con tu flota bajo control, tu negocio crece. Tu flota (y el entorno) te lo agradecerán.😏
¡Manos a la obra!