Tecnología - Seguridad - Optimización
La gestión de flotas mineras enfrenta desafíos complejos. Por un lado, la seguridad es crítica: la minería emplea solo al 1% de los trabajadores a nivel mundial, pero es responsable del 8% de las muertes laborales.
Operar camiones de gran tonelaje en terrenos difíciles conlleva riesgos de accidentes graves. Por otro lado, las pérdidas por robos también impactan al sector.
En Chile, la situación es alarmante: según la PDI, solo en el primer semestre de 2024 se robaron 2.822 camionetas asociadas a faenas mineras, evidenciando la magnitud del problema de seguridad patrimonial en la industria.
Ante estos desafíos, las compañías mineras están recurriendo a la innovación tecnológica para mantener sus operaciones seguras y bajo control.
Surge así un nuevo enfoque integral, un estándar “FleetEye” para la gestión de flotas mineras, que aborda cuatro aristas clave de manera unificada: Seguridad (Safety) operacional, Gestión Documental y cumplimiento normativo, Tecnología Antirobo de vehículos, y Telemetría orientada a la eficiencia y sustentabilidad.
A continuación, exploramos cómo cada una de estas áreas está transformando la forma en que las mineras gestionan sus flotas.
La seguridad de los trabajadores y equipos es la prioridad número uno en minería. Las empresas están incorporando tecnologías avanzadas para reducir la tasa de accidentes. Un dato revelador: hasta un 65% de los accidentes de camiones en minas a cielo abierto están relacionados con la fatiga del operador.
Por ello, hoy es común ver sistemas de monitoreo de fatiga instalados en las cabinas. Estos dispositivos utilizan cámaras infrarrojas y algoritmos de visión artificial para detectar ojos cerrados o cabeceos del conductor.
Si hay signos de somnolencia, emiten alertas sonoras y vibratorias en tiempo real, e incluso notifican al centro de control para que se tomen acciones preventivas (por ejemplo, detener el vehículo o relevar al chofer).
De esta forma se evitan accidentes catastróficos por microsueños en plena operación.
También se han implementado alertas telemáticas para comportamientos inseguros del conductor, como excesos de velocidad, frenazos bruscos o no usar el cinturón de seguridad.
Todo evento queda registrado, permitiendo luego capacitación enfocada en las conductas de riesgo. En conjunto, estas innovaciones crean un entorno donde tanto operadores como supervisores tienen mayor conciencia de la seguridad minuto a minuto.
Algunas tecnologías de Safety ya utilizadas en flotas mineras son:
Monitoreo de fatiga y distracción: cámaras y sensores que alertan en caso de somnolencia o falta de atención del conductor.
Alertas de seguridad en cabina: avisos por exceso de velocidad, uso indebido del vehículo o no portar elementos de seguridad (como el cinturón), integrados al sistema del camión.
Estas medidas proactivas han reducido significativamente las tasas de siniestros. Un entorno minero con menos accidentes no solo salva vidas, sino que garantiza la continuidad operacional y disminuye costos asociados a paralizaciones imprevistas.
Por ejemplo, evitar el vuelco de un camión o una colisión mayor implica ahorros millonarios en reparaciones y multas, además de proteger la reputación de la empresa frente a las autoridades y comunidades.
La tendencia clara es que las mineras que invierten en seguridad tecnológica logran operaciones más confiables y eficientes a largo plazo.
Junto con la seguridad activa, las empresas mineras deben asegurar el cumplimiento de normativas y documentación de cada conductor y vehículo de la flota.
La gestión documental tradicional (papeles, planillas Excel, archivos físicos) está dando paso a sistemas digitales integrados que mantienen todos los registros al día y accesibles instantáneamente.
Esto no es solo cuestión burocrática: un permiso vencido o una capacitación pendiente pueden significar sanciones, detenciones de equipos y riesgos legales.
Un impulso importante para modernizar esta área es la entrada en vigor de la Ley 21.595 de Delitos Económicos en Chile. A partir de 2024, esta normativa endurece la responsabilidad penal de las empresas ante incumplimientos graves en materias de seguridad laboral y ambiental.
En otras palabras, si ocurre un accidente grave y se comprueba que la compañía no tenía al día sus protocolos o autorizaciones (por ejemplo, un conductor no certificado operando maquinaria), directores y ejecutivos podrían enfrentar consecuencias penales. Esto ha llevado a las mineras a reforzar sus modelos de cumplimiento.
Ahora es habitual que cada vehículo y chofer en faena esté pre-aprobado en un sistema: solo pueden operar conductores acreditados, con licencia y entrenamientos vigentes, y vehículos con mantenciones, seguros y permisos al día.
¿Cómo ayuda la tecnología? Mediante plataformas de gestión documental automatizada. Por ejemplo, al ingresar a la faena, el chofer pasa su tarjeta o identificación por un lector; el sistema verifica en segundos si tiene sus credenciales vigentes (licencia de conducir, inducción de seguridad, examen de salud, etc.) y si el vehículo asignado cuenta con su revisión técnica, seguro obligatorio y mantenimiento reciente.
Si algo falta o está vencido, el acceso se deniega automáticamente hasta regularizar la situación. De esta forma se evita que personas no autorizadas o camiones en mal estado operen, reduciendo el riesgo de incidentes por fallas humanas o mecánicas evitables.
Documentos y datos clave que se administran con estas soluciones incluyen:
Credenciales de conductores: licencias de conducir profesionales, certificaciones de entrenamiento en seguridad minera, evaluaciones de salud ocupacional.
Documentación de vehículos: resultados de revisiones técnicas, seguros al día, autorizaciones especiales (por ejemplo, para transportar materiales peligrosos).
Registros operacionales: bitácoras de mantenimiento preventivo, checklists de inspección diaria de equipos, cuestionarios de seguridad completados antes de cada turno.
Tener toda esta información centralizada y en línea permite alertar con antelación sobre vencimientos próximos (ej. “la póliza del camión xyz expira en 10 días”) y generar informes de cumplimiento para auditorías.
Las compañías líderes integran además sus sistemas con las bases de datos de autoridades regulatorias, para asegurar que ningún detalle se escape.
El resultado: operaciones más ordenadas y 100% auditables, que evitan sanciones y paralizaciones. Como dicen en la industria, “el papelito manda”, y hoy ese “papelito” es digital.
La gestión documental inteligente se ha vuelto parte esencial de la gestión de flotas mineras moderna, reduciendo la carga administrativa a la vez que fortalece la cultura de cumplimiento y cuidado dentro de la organización.
El robo de vehículos y equipos en las operaciones mineras no solo genera pérdidas económicas, sino que afecta la continuidad del negocio y la seguridad.
Una flota reducida por robos implica operaciones detenidas y costos imprevistos. Por eso, las mineras están invirtiendo en tecnología antirobo de última generación para proteger sus activos en todo momento, dentro y fuera de las faenas.
Primero, el tracking o seguimiento GPS se ha vuelto estándar. Cada camión, camioneta o maquinaria cuenta con un dispositivo GPS/GPRS oculto que reporta su ubicación en tiempo real a la central.
Si un vehículo se desvía de su ruta autorizada o sale de la zona de operación definida, el sistema activa alertas automáticas. Estas geocercas virtuales ayudan a detectar movimientos inusuales que podrían indicar un robo en progreso.
Lo verdaderamente innovador es que hoy no solo se detecta, también se actúa a distancia. La función de inmovilización remota permite apagar el motor de un vehículo de forma segura desde el centro de control, una vez que esté detenido o a baja velocidad, inhibiendo cualquier intento de fuga.
Imaginemos un caso: delincuentes sustraen una camioneta de la mina durante la noche; inmediatamente se enciende una alarma en la plataforma de la empresa al salir del perímetro. El equipo de seguridad, desde su computador o incluso un celular, envía la señal de bloqueo.
La camioneta se apaga y queda inutilizada a pocos kilómetros, frustrando el robo en minutos. Este tipo de respuesta rápida ha demostrado ser altamente efectiva – empresas que han implementado estas medidas reportan que logran frustrar más del 90% de los intentos de robo en sus flotas.
VIDEO PEPE
Otra capa de protección son los sistemas de identificación de conductor. Mediante llaveros inteligentes (tecnología BLE), PIN o incluso biometría, el vehículo solo enciende si reconoce a un operador autorizado.
Esto previene tanto robos como usos no autorizados internos. Complementariamente, dispositivos anti-jammer detectan si alguien trata de bloquear la señal GPS o celular del vehículo; en tal caso, activan medidas de contingencia como sirenas, balizas y bloqueo local del motor, dificultando las tácticas comunes de los ladrones más sofisticados.
Entre las soluciones antirobo implementadas en flotas mineras están:
Rastreo GPS y geocercas inteligentes: localización continua de cada vehículo y definición de zonas seguras/horarios permitidos. Desvíos no autorizados generan alarmas inmediatas.
Inmovilización remota de vehículos: capacidad de detener el motor a distancia ante un robo confirmado o situación de emergencia, facilitando la recuperación del activo.
Control de acceso e identificación: llaves electrónicas personalizadas, códigos o sistemas biométricos que aseguran que solo personal validado pueda encender y mover cada vehículo de la flota.
Gracias a estas herramientas, robar un vehículo a una empresa minera tecnificada se ha vuelto extremadamente difícil.
Los datos lo respaldan: las bandas delictuales están cambiando sus objetivos, pues extraer y revender camionetas mineras con GPS activo y bloqueo remoto es arriesgado y poco rentable. Incluso cuando logran sustraer equipos, las autoridades cuentan con información precisa para rastrearlos.
Un ejemplo local: operaciones coordinadas entre seguridad corporativa y Carabineros han permitido recuperar camiones cargados de cobre e identificar a los responsables en pocas horas, algo impensable años atrás. En resumen, la tecnología antirobo brinda tranquilidad operativa, protegiendo la inversión en flota y asegurando que los vehículos estén disponibles donde y cuando la operación los necesita.
El cuarto pilar del estándar FleetEye es la telemetría, que consiste en la recolección y análisis de datos en tiempo real desde cada vehículo de la flota. Si bien la telemetría tradicionalmente se asocia a mejorar la eficiencia operativa, en minería está cobrando un doble propósito: optimizar la productividad y reducir el impacto ambiental de las operaciones.
Esto cobra especial relevancia considerando que los camiones de extracción pueden representar hasta el 80% de las emisiones de una mina a cielo abierto – de hecho, se estima que la flota minera mundial emite ~68 millones de toneladas de CO₂ al año, comparable a las emisiones anuales de un país entero como Finlandia.
Ante las metas de sustentabilidad y reducción de huella de carbono, cualquier ganancia de eficiencia en la flota se traduce en un aporte significativo.
En la práctica, las mineras están utilizando sistemas telemáticos instalados en sus camiones y equipos para medir decenas de parámetros: consumo instantáneo de combustible, horas de ralentí (motor en marcha sin producir), velocidad promedio, kilómetros recorridos, temperatura del motor, presión de neumáticos, entre muchos otros.
Todos estos datos son enviados vía redes inalámbricas al centro de control donde plataformas de software los procesan y presentan en dashboard o paneles de control intuitivos.
Los jefes de operación y logística pueden ver, por ejemplo, qué camiones están consumiendo más diésel por tonelada transportada, identificar cuellos de botella en rutas de acarreo o recibir alertas si algún indicador se sale de rango (como sobrecalentamiento de motor o baja presión en un neumático, lo que podría anticipar una falla).
La información es poder, y en este caso permite tomar acciones concretas para optimizar la flota:
Reducción de consumo y emisiones: detectando prácticas ineficientes (como tiempos excesivos en ralentí o rutas subóptimas) se pueden implementar mejoras que resultan en menos combustible consumido. Esto no solo ahorra costos, sino que reduce las emisiones de CO₂ por tonelada producida, ayudando a las metas de sustentabilidad de la empresa.
Mantenimiento predictivo: gracias a la telemetría de salud de la máquina (temperaturas, vibraciones, horas de uso), es posible anticipar fallas y realizar mantenimiento preventivo justo a tiempo. Evitar la detención inesperada de un camión gigante en plena operación minera previene pérdidas productivas importantes.
Optimización de operaciones: al analizar los datos históricos de la flota, se pueden ajustar asignaciones de camiones, horarios y trayectos para maximizar la productividad. Por ejemplo, distribuir mejor los equipos durante los turnos para equilibrar su uso, o minimizar recorridos vacíos. Todo esto aumenta la eficiencia general de la faena.
En cuanto a sustentabilidad, algunas compañías mineras ya incorporan la medición de huella de carbono de su flota en tiempo real. Saben cuántos kg de CO₂ emite cada vehículo por hora y pueden contabilizar reducciones logradas por mejoras operativas o por introducir equipos más limpios (por ejemplo, camionetas eléctricas para transporte interno).
Estos datos sirven para reportes ESG y para cumplir con estándares internacionales de minería responsable. La telemetría facilita así un círculo virtuoso: mejora la eficiencia operacional (menos costos, más productividad) a la vez que mejora el desempeño ambiental de la flota.
La minería del siglo XXI está abrazando un enfoque integral en la gestión de flotas. Como hemos visto, Seguridad, Gestión Documental, Antirrobo y Telemetría ya no operan en silos separados, sino que se entrelazan para crear operaciones más seguras, eficientes y transparentes.
Este nuevo estándar FleetEye significa que cada vehículo y cada conductor están constantemente bajo una “lupa tecnológica” benéfica: cuidados frente a accidentes, respaldados por información al día, protegidos contra delitos, y optimizados en su rendimiento.
Las cuatro aristas trabajadas en conjunto potencian sus beneficios.
Por ejemplo, un sistema integrado podría detectar que un conductor acumula horas excesivas al volante (telemetría de fatiga) y no le permitirá continuar sin antes confirmar (vía gestión documental) que ha tomado su descanso reglamentario, todo mientras asegura que el vehículo esté en zona segura y no exista riesgo de robo durante la detención.
Este tipo de inteligencia integrada es lo que ofrece el estándar FleetEye a las mineras: visión 360° de la flota, en tiempo real, facilitando la toma de decisiones informadas al instante.
FleetEye de Drivetech integra estos cuatro pilares en un solo sistema. Trabajar con herramientas así permite a las compañías mineras aprovechar las mejores prácticas ya probadas en la industria: desde módulos avanzados de safety (monitoring de fatiga, CAS – Collision Avoidance System, etc.), hasta módulos de cumplimiento normativo y reportes de sustentabilidad automatizados. La tecnología está disponible y ha demostrado su eficacia en flotas mineras de Chile y el mundo.
En conclusión, las mineras que innovan en la gestión de sus flotas están cosechando resultados tangibles: menos accidentes y tiempo perdido, prácticamente cero robos exitosos, operaciones más eficientes y amigables con el medio ambiente, y un cumplimiento normativo impecable.
Adoptar un estándar integral como FleetEye no es solo una inversión tecnológica, sino una estrategia de negocio inteligente que protege a las personas, resguarda los activos y mejora la productividad.
La minería enfrenta altos riesgos, pero con las herramientas adecuadas, es posible tener cada camión y cada viaje bajo control – y cuando tu flota está bajo control, tu negocio crece.
La gestión de flotas mineras enfrenta desafíos complejos. Por un lado, la seguridad es crítica: la minería emplea solo al 1% de los trabajadores a nivel mundial, pero es responsable del 8% de las muertes laborales.
Operar camiones de gran tonelaje en terrenos difíciles conlleva riesgos de accidentes graves. Por otro lado, las pérdidas por robos también impactan al sector.
En Chile, la situación es alarmante: según la PDI, solo en el primer semestre de 2024 se robaron 2.822 camionetas asociadas a faenas mineras, evidenciando la magnitud del problema de seguridad patrimonial en la industria.
Ante estos desafíos, las compañías mineras están recurriendo a la innovación tecnológica para mantener sus operaciones seguras y bajo control.
Surge así un nuevo enfoque integral, un estándar “FleetEye” para la gestión de flotas mineras, que aborda cuatro aristas clave de manera unificada: Seguridad (Safety) operacional, Gestión Documental y cumplimiento normativo, Tecnología Antirobo de vehículos, y Telemetría orientada a la eficiencia y sustentabilidad.
A continuación, exploramos cómo cada una de estas áreas está transformando la forma en que las mineras gestionan sus flotas.
La seguridad de los trabajadores y equipos es la prioridad número uno en minería. Las empresas están incorporando tecnologías avanzadas para reducir la tasa de accidentes. Un dato revelador: hasta un 65% de los accidentes de camiones en minas a cielo abierto están relacionados con la fatiga del operador.
Por ello, hoy es común ver sistemas de monitoreo de fatiga instalados en las cabinas. Estos dispositivos utilizan cámaras infrarrojas y algoritmos de visión artificial para detectar ojos cerrados o cabeceos del conductor.
Si hay signos de somnolencia, emiten alertas sonoras y vibratorias en tiempo real, e incluso notifican al centro de control para que se tomen acciones preventivas (por ejemplo, detener el vehículo o relevar al chofer).
De esta forma se evitan accidentes catastróficos por microsueños en plena operación.
También se han implementado alertas telemáticas para comportamientos inseguros del conductor, como excesos de velocidad, frenazos bruscos o no usar el cinturón de seguridad.
Todo evento queda registrado, permitiendo luego capacitación enfocada en las conductas de riesgo. En conjunto, estas innovaciones crean un entorno donde tanto operadores como supervisores tienen mayor conciencia de la seguridad minuto a minuto.
Algunas tecnologías de Safety ya utilizadas en flotas mineras son:
Monitoreo de fatiga y distracción: cámaras y sensores que alertan en caso de somnolencia o falta de atención del conductor.
Alertas de seguridad en cabina: avisos por exceso de velocidad, uso indebido del vehículo o no portar elementos de seguridad (como el cinturón), integrados al sistema del camión.
Estas medidas proactivas han reducido significativamente las tasas de siniestros. Un entorno minero con menos accidentes no solo salva vidas, sino que garantiza la continuidad operacional y disminuye costos asociados a paralizaciones imprevistas.
Por ejemplo, evitar el vuelco de un camión o una colisión mayor implica ahorros millonarios en reparaciones y multas, además de proteger la reputación de la empresa frente a las autoridades y comunidades.
La tendencia clara es que las mineras que invierten en seguridad tecnológica logran operaciones más confiables y eficientes a largo plazo.
Junto con la seguridad activa, las empresas mineras deben asegurar el cumplimiento de normativas y documentación de cada conductor y vehículo de la flota.
La gestión documental tradicional (papeles, planillas Excel, archivos físicos) está dando paso a sistemas digitales integrados que mantienen todos los registros al día y accesibles instantáneamente.
Esto no es solo cuestión burocrática: un permiso vencido o una capacitación pendiente pueden significar sanciones, detenciones de equipos y riesgos legales.
Un impulso importante para modernizar esta área es la entrada en vigor de la Ley 21.595 de Delitos Económicos en Chile. A partir de 2024, esta normativa endurece la responsabilidad penal de las empresas ante incumplimientos graves en materias de seguridad laboral y ambiental.
En otras palabras, si ocurre un accidente grave y se comprueba que la compañía no tenía al día sus protocolos o autorizaciones (por ejemplo, un conductor no certificado operando maquinaria), directores y ejecutivos podrían enfrentar consecuencias penales. Esto ha llevado a las mineras a reforzar sus modelos de cumplimiento.
Ahora es habitual que cada vehículo y chofer en faena esté pre-aprobado en un sistema: solo pueden operar conductores acreditados, con licencia y entrenamientos vigentes, y vehículos con mantenciones, seguros y permisos al día.
¿Cómo ayuda la tecnología? Mediante plataformas de gestión documental automatizada. Por ejemplo, al ingresar a la faena, el chofer pasa su tarjeta o identificación por un lector; el sistema verifica en segundos si tiene sus credenciales vigentes (licencia de conducir, inducción de seguridad, examen de salud, etc.) y si el vehículo asignado cuenta con su revisión técnica, seguro obligatorio y mantenimiento reciente.
Si algo falta o está vencido, el acceso se deniega automáticamente hasta regularizar la situación. De esta forma se evita que personas no autorizadas o camiones en mal estado operen, reduciendo el riesgo de incidentes por fallas humanas o mecánicas evitables.
Documentos y datos clave que se administran con estas soluciones incluyen:
Credenciales de conductores: licencias de conducir profesionales, certificaciones de entrenamiento en seguridad minera, evaluaciones de salud ocupacional.
Documentación de vehículos: resultados de revisiones técnicas, seguros al día, autorizaciones especiales (por ejemplo, para transportar materiales peligrosos).
Registros operacionales: bitácoras de mantenimiento preventivo, checklists de inspección diaria de equipos, cuestionarios de seguridad completados antes de cada turno.
Tener toda esta información centralizada y en línea permite alertar con antelación sobre vencimientos próximos (ej. “la póliza del camión xyz expira en 10 días”) y generar informes de cumplimiento para auditorías.
Las compañías líderes integran además sus sistemas con las bases de datos de autoridades regulatorias, para asegurar que ningún detalle se escape.
El resultado: operaciones más ordenadas y 100% auditables, que evitan sanciones y paralizaciones. Como dicen en la industria, “el papelito manda”, y hoy ese “papelito” es digital.
La gestión documental inteligente se ha vuelto parte esencial de la gestión de flotas mineras moderna, reduciendo la carga administrativa a la vez que fortalece la cultura de cumplimiento y cuidado dentro de la organización.
El robo de vehículos y equipos en las operaciones mineras no solo genera pérdidas económicas, sino que afecta la continuidad del negocio y la seguridad.
Una flota reducida por robos implica operaciones detenidas y costos imprevistos. Por eso, las mineras están invirtiendo en tecnología antirobo de última generación para proteger sus activos en todo momento, dentro y fuera de las faenas.
Primero, el tracking o seguimiento GPS se ha vuelto estándar. Cada camión, camioneta o maquinaria cuenta con un dispositivo GPS/GPRS oculto que reporta su ubicación en tiempo real a la central.
Si un vehículo se desvía de su ruta autorizada o sale de la zona de operación definida, el sistema activa alertas automáticas. Estas geocercas virtuales ayudan a detectar movimientos inusuales que podrían indicar un robo en progreso.
Lo verdaderamente innovador es que hoy no solo se detecta, también se actúa a distancia. La función de inmovilización remota permite apagar el motor de un vehículo de forma segura desde el centro de control, una vez que esté detenido o a baja velocidad, inhibiendo cualquier intento de fuga.
Imaginemos un caso: delincuentes sustraen una camioneta de la mina durante la noche; inmediatamente se enciende una alarma en la plataforma de la empresa al salir del perímetro. El equipo de seguridad, desde su computador o incluso un celular, envía la señal de bloqueo.
La camioneta se apaga y queda inutilizada a pocos kilómetros, frustrando el robo en minutos. Este tipo de respuesta rápida ha demostrado ser altamente efectiva – empresas que han implementado estas medidas reportan que logran frustrar más del 90% de los intentos de robo en sus flotas.
VIDEO PEPE
Otra capa de protección son los sistemas de identificación de conductor. Mediante llaveros inteligentes (tecnología BLE), PIN o incluso biometría, el vehículo solo enciende si reconoce a un operador autorizado.
Esto previene tanto robos como usos no autorizados internos. Complementariamente, dispositivos anti-jammer detectan si alguien trata de bloquear la señal GPS o celular del vehículo; en tal caso, activan medidas de contingencia como sirenas, balizas y bloqueo local del motor, dificultando las tácticas comunes de los ladrones más sofisticados.
Entre las soluciones antirobo implementadas en flotas mineras están:
Rastreo GPS y geocercas inteligentes: localización continua de cada vehículo y definición de zonas seguras/horarios permitidos. Desvíos no autorizados generan alarmas inmediatas.
Inmovilización remota de vehículos: capacidad de detener el motor a distancia ante un robo confirmado o situación de emergencia, facilitando la recuperación del activo.
Control de acceso e identificación: llaves electrónicas personalizadas, códigos o sistemas biométricos que aseguran que solo personal validado pueda encender y mover cada vehículo de la flota.
Gracias a estas herramientas, robar un vehículo a una empresa minera tecnificada se ha vuelto extremadamente difícil.
Los datos lo respaldan: las bandas delictuales están cambiando sus objetivos, pues extraer y revender camionetas mineras con GPS activo y bloqueo remoto es arriesgado y poco rentable. Incluso cuando logran sustraer equipos, las autoridades cuentan con información precisa para rastrearlos.
Un ejemplo local: operaciones coordinadas entre seguridad corporativa y Carabineros han permitido recuperar camiones cargados de cobre e identificar a los responsables en pocas horas, algo impensable años atrás. En resumen, la tecnología antirobo brinda tranquilidad operativa, protegiendo la inversión en flota y asegurando que los vehículos estén disponibles donde y cuando la operación los necesita.
El cuarto pilar del estándar FleetEye es la telemetría, que consiste en la recolección y análisis de datos en tiempo real desde cada vehículo de la flota. Si bien la telemetría tradicionalmente se asocia a mejorar la eficiencia operativa, en minería está cobrando un doble propósito: optimizar la productividad y reducir el impacto ambiental de las operaciones.
Esto cobra especial relevancia considerando que los camiones de extracción pueden representar hasta el 80% de las emisiones de una mina a cielo abierto – de hecho, se estima que la flota minera mundial emite ~68 millones de toneladas de CO₂ al año, comparable a las emisiones anuales de un país entero como Finlandia.
Ante las metas de sustentabilidad y reducción de huella de carbono, cualquier ganancia de eficiencia en la flota se traduce en un aporte significativo.
En la práctica, las mineras están utilizando sistemas telemáticos instalados en sus camiones y equipos para medir decenas de parámetros: consumo instantáneo de combustible, horas de ralentí (motor en marcha sin producir), velocidad promedio, kilómetros recorridos, temperatura del motor, presión de neumáticos, entre muchos otros.
Todos estos datos son enviados vía redes inalámbricas al centro de control donde plataformas de software los procesan y presentan en dashboard o paneles de control intuitivos.
Los jefes de operación y logística pueden ver, por ejemplo, qué camiones están consumiendo más diésel por tonelada transportada, identificar cuellos de botella en rutas de acarreo o recibir alertas si algún indicador se sale de rango (como sobrecalentamiento de motor o baja presión en un neumático, lo que podría anticipar una falla).
La información es poder, y en este caso permite tomar acciones concretas para optimizar la flota:
Reducción de consumo y emisiones: detectando prácticas ineficientes (como tiempos excesivos en ralentí o rutas subóptimas) se pueden implementar mejoras que resultan en menos combustible consumido. Esto no solo ahorra costos, sino que reduce las emisiones de CO₂ por tonelada producida, ayudando a las metas de sustentabilidad de la empresa.
Mantenimiento predictivo: gracias a la telemetría de salud de la máquina (temperaturas, vibraciones, horas de uso), es posible anticipar fallas y realizar mantenimiento preventivo justo a tiempo. Evitar la detención inesperada de un camión gigante en plena operación minera previene pérdidas productivas importantes.
Optimización de operaciones: al analizar los datos históricos de la flota, se pueden ajustar asignaciones de camiones, horarios y trayectos para maximizar la productividad. Por ejemplo, distribuir mejor los equipos durante los turnos para equilibrar su uso, o minimizar recorridos vacíos. Todo esto aumenta la eficiencia general de la faena.
En cuanto a sustentabilidad, algunas compañías mineras ya incorporan la medición de huella de carbono de su flota en tiempo real. Saben cuántos kg de CO₂ emite cada vehículo por hora y pueden contabilizar reducciones logradas por mejoras operativas o por introducir equipos más limpios (por ejemplo, camionetas eléctricas para transporte interno).
Estos datos sirven para reportes ESG y para cumplir con estándares internacionales de minería responsable. La telemetría facilita así un círculo virtuoso: mejora la eficiencia operacional (menos costos, más productividad) a la vez que mejora el desempeño ambiental de la flota.
La minería del siglo XXI está abrazando un enfoque integral en la gestión de flotas. Como hemos visto, Seguridad, Gestión Documental, Antirrobo y Telemetría ya no operan en silos separados, sino que se entrelazan para crear operaciones más seguras, eficientes y transparentes.
Este nuevo estándar FleetEye significa que cada vehículo y cada conductor están constantemente bajo una “lupa tecnológica” benéfica: cuidados frente a accidentes, respaldados por información al día, protegidos contra delitos, y optimizados en su rendimiento.
Las cuatro aristas trabajadas en conjunto potencian sus beneficios.
Por ejemplo, un sistema integrado podría detectar que un conductor acumula horas excesivas al volante (telemetría de fatiga) y no le permitirá continuar sin antes confirmar (vía gestión documental) que ha tomado su descanso reglamentario, todo mientras asegura que el vehículo esté en zona segura y no exista riesgo de robo durante la detención.
Este tipo de inteligencia integrada es lo que ofrece el estándar FleetEye a las mineras: visión 360° de la flota, en tiempo real, facilitando la toma de decisiones informadas al instante.
FleetEye de Drivetech integra estos cuatro pilares en un solo sistema. Trabajar con herramientas así permite a las compañías mineras aprovechar las mejores prácticas ya probadas en la industria: desde módulos avanzados de safety (monitoring de fatiga, CAS – Collision Avoidance System, etc.), hasta módulos de cumplimiento normativo y reportes de sustentabilidad automatizados. La tecnología está disponible y ha demostrado su eficacia en flotas mineras de Chile y el mundo.
En conclusión, las mineras que innovan en la gestión de sus flotas están cosechando resultados tangibles: menos accidentes y tiempo perdido, prácticamente cero robos exitosos, operaciones más eficientes y amigables con el medio ambiente, y un cumplimiento normativo impecable.
Adoptar un estándar integral como FleetEye no es solo una inversión tecnológica, sino una estrategia de negocio inteligente que protege a las personas, resguarda los activos y mejora la productividad.
La minería enfrenta altos riesgos, pero con las herramientas adecuadas, es posible tener cada camión y cada viaje bajo control – y cuando tu flota está bajo control, tu negocio crece.
La gestión de flotas mineras enfrenta desafíos complejos. Por un lado, la seguridad es crítica: la minería emplea solo al 1% de los trabajadores a nivel mundial, pero es responsable del 8% de las muertes laborales.
Operar camiones de gran tonelaje en terrenos difíciles conlleva riesgos de accidentes graves. Por otro lado, las pérdidas por robos también impactan al sector.
En Chile, la situación es alarmante: según la PDI, solo en el primer semestre de 2024 se robaron 2.822 camionetas asociadas a faenas mineras, evidenciando la magnitud del problema de seguridad patrimonial en la industria.
Ante estos desafíos, las compañías mineras están recurriendo a la innovación tecnológica para mantener sus operaciones seguras y bajo control.
Surge así un nuevo enfoque integral, un estándar “FleetEye” para la gestión de flotas mineras, que aborda cuatro aristas clave de manera unificada: Seguridad (Safety) operacional, Gestión Documental y cumplimiento normativo, Tecnología Antirobo de vehículos, y Telemetría orientada a la eficiencia y sustentabilidad.
A continuación, exploramos cómo cada una de estas áreas está transformando la forma en que las mineras gestionan sus flotas.
La seguridad de los trabajadores y equipos es la prioridad número uno en minería. Las empresas están incorporando tecnologías avanzadas para reducir la tasa de accidentes. Un dato revelador: hasta un 65% de los accidentes de camiones en minas a cielo abierto están relacionados con la fatiga del operador.
Por ello, hoy es común ver sistemas de monitoreo de fatiga instalados en las cabinas. Estos dispositivos utilizan cámaras infrarrojas y algoritmos de visión artificial para detectar ojos cerrados o cabeceos del conductor.
Si hay signos de somnolencia, emiten alertas sonoras y vibratorias en tiempo real, e incluso notifican al centro de control para que se tomen acciones preventivas (por ejemplo, detener el vehículo o relevar al chofer).
De esta forma se evitan accidentes catastróficos por microsueños en plena operación.
También se han implementado alertas telemáticas para comportamientos inseguros del conductor, como excesos de velocidad, frenazos bruscos o no usar el cinturón de seguridad.
Todo evento queda registrado, permitiendo luego capacitación enfocada en las conductas de riesgo. En conjunto, estas innovaciones crean un entorno donde tanto operadores como supervisores tienen mayor conciencia de la seguridad minuto a minuto.
Algunas tecnologías de Safety ya utilizadas en flotas mineras son:
Monitoreo de fatiga y distracción: cámaras y sensores que alertan en caso de somnolencia o falta de atención del conductor.
Alertas de seguridad en cabina: avisos por exceso de velocidad, uso indebido del vehículo o no portar elementos de seguridad (como el cinturón), integrados al sistema del camión.
Estas medidas proactivas han reducido significativamente las tasas de siniestros. Un entorno minero con menos accidentes no solo salva vidas, sino que garantiza la continuidad operacional y disminuye costos asociados a paralizaciones imprevistas.
Por ejemplo, evitar el vuelco de un camión o una colisión mayor implica ahorros millonarios en reparaciones y multas, además de proteger la reputación de la empresa frente a las autoridades y comunidades.
La tendencia clara es que las mineras que invierten en seguridad tecnológica logran operaciones más confiables y eficientes a largo plazo.
Junto con la seguridad activa, las empresas mineras deben asegurar el cumplimiento de normativas y documentación de cada conductor y vehículo de la flota.
La gestión documental tradicional (papeles, planillas Excel, archivos físicos) está dando paso a sistemas digitales integrados que mantienen todos los registros al día y accesibles instantáneamente.
Esto no es solo cuestión burocrática: un permiso vencido o una capacitación pendiente pueden significar sanciones, detenciones de equipos y riesgos legales.
Un impulso importante para modernizar esta área es la entrada en vigor de la Ley 21.595 de Delitos Económicos en Chile. A partir de 2024, esta normativa endurece la responsabilidad penal de las empresas ante incumplimientos graves en materias de seguridad laboral y ambiental.
En otras palabras, si ocurre un accidente grave y se comprueba que la compañía no tenía al día sus protocolos o autorizaciones (por ejemplo, un conductor no certificado operando maquinaria), directores y ejecutivos podrían enfrentar consecuencias penales. Esto ha llevado a las mineras a reforzar sus modelos de cumplimiento.
Ahora es habitual que cada vehículo y chofer en faena esté pre-aprobado en un sistema: solo pueden operar conductores acreditados, con licencia y entrenamientos vigentes, y vehículos con mantenciones, seguros y permisos al día.
¿Cómo ayuda la tecnología? Mediante plataformas de gestión documental automatizada. Por ejemplo, al ingresar a la faena, el chofer pasa su tarjeta o identificación por un lector; el sistema verifica en segundos si tiene sus credenciales vigentes (licencia de conducir, inducción de seguridad, examen de salud, etc.) y si el vehículo asignado cuenta con su revisión técnica, seguro obligatorio y mantenimiento reciente.
Si algo falta o está vencido, el acceso se deniega automáticamente hasta regularizar la situación. De esta forma se evita que personas no autorizadas o camiones en mal estado operen, reduciendo el riesgo de incidentes por fallas humanas o mecánicas evitables.
Documentos y datos clave que se administran con estas soluciones incluyen:
Credenciales de conductores: licencias de conducir profesionales, certificaciones de entrenamiento en seguridad minera, evaluaciones de salud ocupacional.
Documentación de vehículos: resultados de revisiones técnicas, seguros al día, autorizaciones especiales (por ejemplo, para transportar materiales peligrosos).
Registros operacionales: bitácoras de mantenimiento preventivo, checklists de inspección diaria de equipos, cuestionarios de seguridad completados antes de cada turno.
Tener toda esta información centralizada y en línea permite alertar con antelación sobre vencimientos próximos (ej. “la póliza del camión xyz expira en 10 días”) y generar informes de cumplimiento para auditorías.
Las compañías líderes integran además sus sistemas con las bases de datos de autoridades regulatorias, para asegurar que ningún detalle se escape.
El resultado: operaciones más ordenadas y 100% auditables, que evitan sanciones y paralizaciones. Como dicen en la industria, “el papelito manda”, y hoy ese “papelito” es digital.
La gestión documental inteligente se ha vuelto parte esencial de la gestión de flotas mineras moderna, reduciendo la carga administrativa a la vez que fortalece la cultura de cumplimiento y cuidado dentro de la organización.
El robo de vehículos y equipos en las operaciones mineras no solo genera pérdidas económicas, sino que afecta la continuidad del negocio y la seguridad.
Una flota reducida por robos implica operaciones detenidas y costos imprevistos. Por eso, las mineras están invirtiendo en tecnología antirobo de última generación para proteger sus activos en todo momento, dentro y fuera de las faenas.
Primero, el tracking o seguimiento GPS se ha vuelto estándar. Cada camión, camioneta o maquinaria cuenta con un dispositivo GPS/GPRS oculto que reporta su ubicación en tiempo real a la central.
Si un vehículo se desvía de su ruta autorizada o sale de la zona de operación definida, el sistema activa alertas automáticas. Estas geocercas virtuales ayudan a detectar movimientos inusuales que podrían indicar un robo en progreso.
Lo verdaderamente innovador es que hoy no solo se detecta, también se actúa a distancia. La función de inmovilización remota permite apagar el motor de un vehículo de forma segura desde el centro de control, una vez que esté detenido o a baja velocidad, inhibiendo cualquier intento de fuga.
Imaginemos un caso: delincuentes sustraen una camioneta de la mina durante la noche; inmediatamente se enciende una alarma en la plataforma de la empresa al salir del perímetro. El equipo de seguridad, desde su computador o incluso un celular, envía la señal de bloqueo.
La camioneta se apaga y queda inutilizada a pocos kilómetros, frustrando el robo en minutos. Este tipo de respuesta rápida ha demostrado ser altamente efectiva – empresas que han implementado estas medidas reportan que logran frustrar más del 90% de los intentos de robo en sus flotas.
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Otra capa de protección son los sistemas de identificación de conductor. Mediante llaveros inteligentes (tecnología BLE), PIN o incluso biometría, el vehículo solo enciende si reconoce a un operador autorizado.
Esto previene tanto robos como usos no autorizados internos. Complementariamente, dispositivos anti-jammer detectan si alguien trata de bloquear la señal GPS o celular del vehículo; en tal caso, activan medidas de contingencia como sirenas, balizas y bloqueo local del motor, dificultando las tácticas comunes de los ladrones más sofisticados.
Entre las soluciones antirobo implementadas en flotas mineras están:
Rastreo GPS y geocercas inteligentes: localización continua de cada vehículo y definición de zonas seguras/horarios permitidos. Desvíos no autorizados generan alarmas inmediatas.
Inmovilización remota de vehículos: capacidad de detener el motor a distancia ante un robo confirmado o situación de emergencia, facilitando la recuperación del activo.
Control de acceso e identificación: llaves electrónicas personalizadas, códigos o sistemas biométricos que aseguran que solo personal validado pueda encender y mover cada vehículo de la flota.
Gracias a estas herramientas, robar un vehículo a una empresa minera tecnificada se ha vuelto extremadamente difícil.
Los datos lo respaldan: las bandas delictuales están cambiando sus objetivos, pues extraer y revender camionetas mineras con GPS activo y bloqueo remoto es arriesgado y poco rentable. Incluso cuando logran sustraer equipos, las autoridades cuentan con información precisa para rastrearlos.
Un ejemplo local: operaciones coordinadas entre seguridad corporativa y Carabineros han permitido recuperar camiones cargados de cobre e identificar a los responsables en pocas horas, algo impensable años atrás. En resumen, la tecnología antirobo brinda tranquilidad operativa, protegiendo la inversión en flota y asegurando que los vehículos estén disponibles donde y cuando la operación los necesita.
El cuarto pilar del estándar FleetEye es la telemetría, que consiste en la recolección y análisis de datos en tiempo real desde cada vehículo de la flota. Si bien la telemetría tradicionalmente se asocia a mejorar la eficiencia operativa, en minería está cobrando un doble propósito: optimizar la productividad y reducir el impacto ambiental de las operaciones.
Esto cobra especial relevancia considerando que los camiones de extracción pueden representar hasta el 80% de las emisiones de una mina a cielo abierto – de hecho, se estima que la flota minera mundial emite ~68 millones de toneladas de CO₂ al año, comparable a las emisiones anuales de un país entero como Finlandia.
Ante las metas de sustentabilidad y reducción de huella de carbono, cualquier ganancia de eficiencia en la flota se traduce en un aporte significativo.
En la práctica, las mineras están utilizando sistemas telemáticos instalados en sus camiones y equipos para medir decenas de parámetros: consumo instantáneo de combustible, horas de ralentí (motor en marcha sin producir), velocidad promedio, kilómetros recorridos, temperatura del motor, presión de neumáticos, entre muchos otros.
Todos estos datos son enviados vía redes inalámbricas al centro de control donde plataformas de software los procesan y presentan en dashboard o paneles de control intuitivos.
Los jefes de operación y logística pueden ver, por ejemplo, qué camiones están consumiendo más diésel por tonelada transportada, identificar cuellos de botella en rutas de acarreo o recibir alertas si algún indicador se sale de rango (como sobrecalentamiento de motor o baja presión en un neumático, lo que podría anticipar una falla).
La información es poder, y en este caso permite tomar acciones concretas para optimizar la flota:
Reducción de consumo y emisiones: detectando prácticas ineficientes (como tiempos excesivos en ralentí o rutas subóptimas) se pueden implementar mejoras que resultan en menos combustible consumido. Esto no solo ahorra costos, sino que reduce las emisiones de CO₂ por tonelada producida, ayudando a las metas de sustentabilidad de la empresa.
Mantenimiento predictivo: gracias a la telemetría de salud de la máquina (temperaturas, vibraciones, horas de uso), es posible anticipar fallas y realizar mantenimiento preventivo justo a tiempo. Evitar la detención inesperada de un camión gigante en plena operación minera previene pérdidas productivas importantes.
Optimización de operaciones: al analizar los datos históricos de la flota, se pueden ajustar asignaciones de camiones, horarios y trayectos para maximizar la productividad. Por ejemplo, distribuir mejor los equipos durante los turnos para equilibrar su uso, o minimizar recorridos vacíos. Todo esto aumenta la eficiencia general de la faena.
En cuanto a sustentabilidad, algunas compañías mineras ya incorporan la medición de huella de carbono de su flota en tiempo real. Saben cuántos kg de CO₂ emite cada vehículo por hora y pueden contabilizar reducciones logradas por mejoras operativas o por introducir equipos más limpios (por ejemplo, camionetas eléctricas para transporte interno).
Estos datos sirven para reportes ESG y para cumplir con estándares internacionales de minería responsable. La telemetría facilita así un círculo virtuoso: mejora la eficiencia operacional (menos costos, más productividad) a la vez que mejora el desempeño ambiental de la flota.
La minería del siglo XXI está abrazando un enfoque integral en la gestión de flotas. Como hemos visto, Seguridad, Gestión Documental, Antirrobo y Telemetría ya no operan en silos separados, sino que se entrelazan para crear operaciones más seguras, eficientes y transparentes.
Este nuevo estándar FleetEye significa que cada vehículo y cada conductor están constantemente bajo una “lupa tecnológica” benéfica: cuidados frente a accidentes, respaldados por información al día, protegidos contra delitos, y optimizados en su rendimiento.
Las cuatro aristas trabajadas en conjunto potencian sus beneficios.
Por ejemplo, un sistema integrado podría detectar que un conductor acumula horas excesivas al volante (telemetría de fatiga) y no le permitirá continuar sin antes confirmar (vía gestión documental) que ha tomado su descanso reglamentario, todo mientras asegura que el vehículo esté en zona segura y no exista riesgo de robo durante la detención.
Este tipo de inteligencia integrada es lo que ofrece el estándar FleetEye a las mineras: visión 360° de la flota, en tiempo real, facilitando la toma de decisiones informadas al instante.
FleetEye de Drivetech integra estos cuatro pilares en un solo sistema. Trabajar con herramientas así permite a las compañías mineras aprovechar las mejores prácticas ya probadas en la industria: desde módulos avanzados de safety (monitoring de fatiga, CAS – Collision Avoidance System, etc.), hasta módulos de cumplimiento normativo y reportes de sustentabilidad automatizados. La tecnología está disponible y ha demostrado su eficacia en flotas mineras de Chile y el mundo.
En conclusión, las mineras que innovan en la gestión de sus flotas están cosechando resultados tangibles: menos accidentes y tiempo perdido, prácticamente cero robos exitosos, operaciones más eficientes y amigables con el medio ambiente, y un cumplimiento normativo impecable.
Adoptar un estándar integral como FleetEye no es solo una inversión tecnológica, sino una estrategia de negocio inteligente que protege a las personas, resguarda los activos y mejora la productividad.
La minería enfrenta altos riesgos, pero con las herramientas adecuadas, es posible tener cada camión y cada viaje bajo control – y cuando tu flota está bajo control, tu negocio crece.
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Hecho con ❤ por Junio Marketing
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