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Comportamientos inseguros de conductores: cómo identificarlos y prevenir accidentes

June 24, 202518 min read

En la gestión de flotas de vehículos livianos –ya sea en empresas corporativas, minería o logística– la seguridad vial depende en gran medida del comportamiento de los conductores. 

Los comportamientos inseguros de conductores son aquellas acciones imprudentes o negligentes al volante que elevan significativamente el riesgo de accidentes. 

Estas conductas van desde distraerse con el teléfono, conducir con exceso de velocidad, practicar maniobras agresivas, no usar el cinturón de seguridad, hasta conducir fatigado, entre otras. 

Cada una de ellas puede tener consecuencias graves para la vida de las personas, la integridad de los equipos y la continuidad operativa de una organización.

Las estadísticas recientes en Chile y Perú evidencian la magnitud del problema. En Perú, por ejemplo, más de 42 mil accidentes de tránsito ocurrieron solo en el primer semestre de 2023; la imprudencia del conductor y el exceso de velocidad fueron las principales causas, estando presentes en 28,1% y 26,4% de los siniestros respectivamente. 

De igual modo, en Chile la tendencia es similar: conducir a una velocidad no razonable ni prudente es la primera causa de accidentes fatales, contribuyendo a aproximadamente 1 de cada 5 muertes en carretera. 

Adicionalmente, distraerse al volante (por ejemplo, usando el celular) se ha identificado como factor en alrededor del 13% de los siniestros viales fatales en Chile. 

Estas cifras dejan algo en claro: la mayoría de los accidentes podrían evitarse corrigiendo comportamientos de riesgo de los conductores.

A continuación, analizamos los principales comportamientos inseguros en flotas de Chile y Perú, explicando por qué son peligrosos, cómo identificarlos y qué tecnologías existen para monitorearlos. 

También veremos cómo las nuevas herramientas de monitoreo telemático y asistencia al conductor permiten prevenir accidentes antes de que ocurran, transformando la seguridad vial corporativa.


Principales comportamientos inseguros de conductores en flotas

Cada organización debe estar alerta a ciertos tipos de conductas peligrosas recurrentes en la operación diaria de sus vehículos. Entre las más críticas se encuentran la distracción al volante, la conducción agresiva, el exceso de velocidad, el no uso del cinturón de seguridad y la fatiga del conductor. Abordemos cada una:


Distracción del conductor al volante

Cuando un conductor aparta la vista o la mente del camino, aunque sea por unos segundos, se multiplica la probabilidad de accidente. La distracción puede ser visual (mirar el celular, la radio, etc.), cognitiva (irse “en blanco” pensando en otra cosa) o manual (soltar el volante para manipular objetos). 

En flotas corporativas y de logística urbanas, es común que los chóferes usen el teléfono para coordinar entregas o atender llamadas laborales, lo que representa un enorme riesgo. En entornos mineros o rutas rurales, una distracción momentánea puede significar no ver a tiempo un obstáculo, precipicio o vehículo detenido, con consecuencias potencialmente fatales.

Las cifras confirman la gravedad de esta conducta. En Chile, 13,07% de los siniestros viales con consecuencias fatales entre 2019 y 2023 se debieron a conductores no atentos a las condiciones del tránsito. 

Esto incluye casos de choferes distraídos por el celular, comiendo, fumando o mirando algo distinto al camino. La situación no es mejor en otros países: a nivel global, la distracción causó miles de muertes (3.412 solo en 2019, según datos citados en EE.UU. netradyne.com). 

Claramente, cualquier actividad que desvía la atención degrada el desempeño en la conducción y puede desembocar en un desastre en instantes.

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¿Cómo identificar la distracción? Además de la observación directa (por ejemplo, supervisores detectando uso del teléfono en ruta), hoy existen cámaras inteligentes con inteligencia artificial capaces de detectar la distracción en tiempo real

Estos sistemas de visión artificial monitorean el rostro y la mirada del conductor: si deja de mirar al camino o muestra signos de desconexión, emiten alertas sonoras y visuales. Algunas flotas implementan cámaras DMS (Driver Monitoring System) que reconocen si el chofer está texteando, hablando por celular o incluso cabeceando por sueño. 

Tecnologías como Guardian o Roadefend, utilizadas ya en Chile, escanean continuamente los ojos y la posición de la cabeza. Cuando se detecta que el conductor aparta la vista de la ruta por más de ~2 segundos, se activa una alarma dentro de la cabina y, opcionalmente, una notificación al centro de control. 

De esta manera, el gestor de flota puede saber si un conductor estuvo distraído y tomar acciones (retroalimentación, capacitación o medidas disciplinarias) antes de que esa distracción cause un accidente.


Conducción agresiva y maniobras bruscas

Otro comportamiento de alto riesgo es la conducción agresiva, que se manifiesta en maniobras bruscas como frenazos intempestivos, aceleraciones súbitas, giros violentos o el seguir muy de cerca (tailgating) a otros vehículos. 

Este estilo de manejo temerario incrementa la posibilidad de pérdida de control del vehículo y reduce el tiempo de reacción tanto del conductor agresivo como de los demás. 

En flotas de logística urbana, por ejemplo, un chofer apurado puede zigzaguear entre carriles o frenar bruscamente ante un semáforo, exponiendo a accidentes al vehículo y su cargamento. 

En caminos mineros de ripio, un volantazo para esquivar una roca o un frenado abrupto en caravana puede desencadenar un volcamiento o choques múltiples entre camionetas.

La evidencia estadística muestra la correlación entre agresividad al volante y siniestralidad. De acuerdo con la CONASET (Chile), alrededor del 7,4% de los accidentes viales fatales en 2019-2023 se atribuyeron a pérdida de control del vehículo o cambios sorpresivos de carril, eventos típicamente causados por maniobras abruptas.

En otras palabras, casi 1 de cada 13 muertes en carretera en Chile ocurrió porque un conductor hizo un movimiento repentino que terminó en desastre. En Perú y otros países, la “conducción temeraria” también figura entre las infracciones más sancionadas, precisamente por su potencial de causar choques graves.

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¿Cómo detectar conducción agresiva? Las empresas de transporte y flotas cuentan hoy con tecnología telemática que mide en tiempo real los parámetros de conducción. Acelerómetros y giroscopios instalados en unidades GPS pueden registrar eventos de frenado fuerte, aceleración brusca o virajes violentos

Cuando uno de estos eventos excede un umbral (por ejemplo, deceleración mayor a X m/s²), el sistema lo registra como incidente

Plataformas modernas incluso generan alertas instantáneas: por ejemplo, el conductor recibe un pitido o vibración en el volante inmediatamente después de frenar súbitamente, a modo de coaching en vivo. 

Adicionalmente, los administradores de la flota pueden revisar reportes donde se listan los eventos bruscos por conductor, frecuencia y gravedad. Un patrón repetitivo indicará un estilo de conducción agresivo que debe corregirse con entrenamiento. 

En algunos sistemas de videotelemática, las cámaras también ayudan: detectan si el vehículo sigue muy de cerca a otro o si hay cambios de carril peligrosos, activando alertas para aumentar la distancia. 

Gracias a estas herramientas, el monitoreo de comportamiento permite identificar a conductores que manejan de forma arriesgada antes de que provoquen un siniestro.


Exceso de velocidad

Conducir a velocidades superiores a las permitidas o adecuadas es quizás el comportamiento inseguro más extendido. El exceso de velocidad reduce el tiempo disponible para reaccionar ante imprevistos y aumenta exponencialmente la fuerza de impacto en un choque. 

En contextos corporativos, un empleado apurado por llegar a una reunión podría sobrepasar los límites sin considerar las consecuencias; en logística, la presión por cumplir con tiempos de entrega estrictos puede tentar a los choferes a “pisar el acelerador”; en minería, largos tramos de carretera vacía camino al yacimiento pueden alentar velocidades imprudentes. 

Sea cual sea el entorno, la velocidad mata: a mayor velocidad, el margen de error se vuelve casi nulo.

La evidencia es contundente. Diversos estudios confirman que aumentar apenas 5 km/h la velocidad incrementa significativamente el riesgo de accidente y la severidad de las lesiones

En Chile, la principal causa de accidentes viales fatales es manejar a una velocidad no razonable ni prudente, siendo responsable del 20,29% de los casos fatales recientes

Dicho de otro modo, 1 de cada 5 muertes en carretera chilena ocurre por conducir demasiado rápido

Además, las consecuencias de estos choques a alta velocidad suelen ser catastróficas: por ejemplo, se ha analizado que los excesos de velocidad derivan en choques frontales en un 43,8% de las ocasiones, volcaduras en un 28,8% y colisiones por alcance en un 23,8%, dejando cientos de fallecidos en el período estudiado.

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¿Cómo controlar el exceso de velocidad? Para gestionar este riesgo, las herramientas de monitoreo de flota son sumamente efectivas. 

Mediante el GPS es posible supervisar en tiempo real la velocidad de cada vehículo y compararla con los límites de la vía (usando mapas con límites) o con un umbral definido por la empresa. Cuando un chofer excede la velocidad establecida, el sistema puede efectuar varias acciones:

  • Alertas al conductor: Un aviso sonoro dentro del vehículo (“¡Reducir velocidad!”) o una luz de advertencia en el tablero.

  • Notificación al gestor: Se envía una alerta vía software (por ejemplo, una notificación en la plataforma de gestión o un email/SMS) al administrador de flota indicando qué vehículo y conductor están sobrepasando la velocidad.

  • Registro del evento: Queda guardado en el historial el tramo y la magnitud del exceso, para análisis posterior.

  • Limitadores e inmovilizadores: Algunas compañías optan por limitadores de velocidad electrónicos, dispositivos que impiden físicamente que el vehículo supere cierta velocidad.

    También existen inmovilizadores remotos que, en casos extremos, permiten desacelerar y detener el vehículo de forma segura desde el centro de control (por ejemplo, si un conductor huye con un vehículo o persiste en una conducta temeraria, se puede activar un corte de motor remoto una vez que el vehículo baje de cierta velocidad).

Adicionalmente, las empresas están implementando políticas más estrictas: geocercas de velocidad (p. ej., si un camión ingresa a una zona escolar, automáticamente se le exige ir <30 km/h, si no se alerta), y programas de incentivos a los conductores con historiales libres de excesos. 

Gracias a estos mecanismos, “ver, medir y actuar” frente a la velocidad es más sencillo que antes. De hecho, autoridades en Perú y Chile han adoptado tecnología de fotorradares automatizados (como el sistema CATI en Chile) para multar electrónicamente a infractores, lo que refuerza aún más la importancia de monitorear la velocidad en las flotas corporativas.


Falta de uso del cinturón de seguridad

No abrocharse el cinturón puede no ser la causa de un choque, pero sí agrava dramáticamente sus consecuencias. Por ello, manejar o viajar sin cinturón es considerado también un comportamiento inseguro crítico. 

El cinturón de seguridad es el dispositivo de seguridad pasiva más efectivo jamás creado: reduce a la mitad la probabilidad de muerte en un accidente grave. 

En ambientes mineros y de faena, a veces los conductores relajan su uso en trayectos cortos “dentro del sitio” o a bajas velocidades; del mismo modo, en flotas urbanas hay personal que, por confianza o descuido, omite abrochárselo, sobre todo en vehículos pickup donde tal vez los asientos traseros no lo llevan. 

Cualquiera sea la circunstancia, prescindir del cinturón es inaceptable, ya que incluso una colisión a 30-40 km/h puede ser letal sin este dispositivo.

En Chile, las autoridades estiman que el cinturón ha salvado la vida del conductor y pasajeros en hasta el 50% de los accidentes viales fatales. Esto significa que, de cada dos siniestros mortales, en uno de ellos las personas podrían sobrevivir si llevan el cinturón correctamente abrochado

La física detrás es clara: en un choque, un vehículo se detiene bruscamente pero los cuerpos tienden a seguir en movimiento; el cinturón retiene a los ocupantes, evitando que salgan despedidos contra el parabrisas o asfalto, y asegurando que otros sistemas (airbags, etc.) funcionen adecuadamente. 

Sin cinturón, incluso los airbags pierden efectividad y pueden causar lesiones al no haber sujeción. Lamentablemente, a pesar de décadas de campañas, todavía se ven conductores y pasajeros sin cinturón, muchas veces subestimando el riesgo.

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¿Cómo fomentar y verificar el uso del cinturón? La cultura organizacional es clave: muchas empresas han implantado políticas de “cero tolerancia” respecto al cinturón, donde una sola infracción acarrea sanciones. Pero además de la política, la tecnología brinda apoyo invaluable. 

Hoy existen sensores de cinturón conectados al sistema telemático: estos detectan si el broche del cinturón está abrochado o no mientras el vehículo está en movimiento. Si el vehículo anda y el cinturón del conductor (o pasajero, según configuración) no está conectado, se puede generar una alerta casi instantánea. 

Algunas soluciones emiten una alarma dentro del vehículo; otras notifican al administrador de flota en tiempo real. De hecho, varias compañías monitorean con sensores o cámaras si el chofer está abrochado, emitiendo alertas en caso contrario.

Otra herramienta son las cámaras con vista a la cabina: mediante visión artificial pueden reconocer si el conductor lleva puesto el arnés. 

Por ejemplo, detectan la franja diagonal del cinturón sobre el torso; si no la ven, asumen que no está abrochado y pueden también alertar. Esta doble verificación (sensor físico + cámara) ofrece mucha confiabilidad. 

Finalmente, algunas flotas utilizan bloqueos de encendido: el vehículo simplemente no arranca hasta que el cinturón del conductor esté puesto. En resumen, combinar educación + tecnología garantiza que el uso del cinturón sea constante. 

Cada trabajador debe entender que el cinturón puede salvarle la vida, y cada gerente de seguridad debe contar con sistemas para supervisar su cumplimiento de forma sistemática.


Fatiga y somnolencia del conductor

La fatiga al volante es un enemigo silencioso. Conducir cansado es tan peligroso como conducir ebrio, ya que disminuye drásticamente la atención y los reflejos. En flotas mineras y de transporte de larga distancia, este riesgo se ve exacerbado por las jornadas extensas, turnos nocturnos y rutas monótonas. 

La somnolencia puede provocar microsueños (quedarse dormido por 1-2 segundos) sin que el conductor siquiera lo note, o simplemente generar una desconexión tal que el chofer “maneja en automático” sin procesar lo que ve. Las consecuencias pueden ser devastadoras: no frenar ante un obstáculo, invadir carril contrario, salirse de la ruta, etc. 

Se estima que un porcentaje importante de accidentes graves se deben al cansancio, pero suele ser difícil de cuantificar porque, a diferencia del alcohol, no hay pruebas sencillas post-accidente para medir la fatiga. 

Aun así, distintos estudios internacionales calculan que entre el 20% y el 30% de los accidentes de tráfico están relacionados con la fatiga del conductor. 

Incluso, permanecer despierto por 17-20 horas seguidas puede afectar la conducción tanto como tener 0,05% de alcohol en sangre, duplicando el riesgo de accidente.

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¿Cómo detectar y prevenir la fatiga? En primer lugar, las organizaciones deben gestionar adecuadamente los horarios y tiempos de descanso de sus conductores: respetar las horas de sueño, establecer pausas obligatorias cada cierto tiempo de manejo continuo, y evitar asignar tareas nocturnas excesivas. 

No obstante, dado que la fatiga puede aparecer aun con planificación (por factores personales, salud, etc.), es crucial contar con sistemas de detección de somnolencia. Al igual que con la distracción, se emplean cámaras DMS enfocadas al rostro del conductor, pero en este caso entrenadas para reconocer signos de sueño: parpadeo lento, ojos que se cierran, cabeza que se inclina, bostezos. 

Cuando el algoritmo identifica estos patrones, activa de inmediato alarmas sonoras fuertes, vibración del asiento o volante, e incluso alertas habladas que instan al chofer a detenerse a descansar. 

En Chile varias mineras ya han incorporado estos sistemas con excelentes resultados, logrando reducir drásticamente los incidentes relacionados con microsueños.

Otra estrategia tecnológica son los sensores en el vehículo que analizan el estilo de conducción en busca de indicios de fatiga: por ejemplo, zigzagueo dentro del carril, correcciones frecuentes de dirección o variaciones de velocidad sin motivo. 

Combinando esas señales, un software puede inferir que el conductor está perdiendo concentración. Asimismo, existen dispositivos portátiles como brazaletes o gafas que miden la actividad ocular o el nivel de alerta, aunque en flotas no son tan comunes. 

En definitiva, la fatiga del conductor requiere un enfoque integral: prevención organizacional (buen descanso, rotación de choferes) y tecnología de monitoreo activo para detectar a tiempo el sueño antes de que cause un accidente. Ninguna meta de producción o plazo de entrega justifica arriesgar vidas manejando exhausto.


Monitoreo tecnológico para prevenir comportamientos inseguros

Identificar estos comportamientos de riesgo es solo el primer paso; el segundo paso es tomar acciones para prevenir accidentes. Aquí es donde la tecnología de gestión de flota moderna juega un rol fundamental. En Chile y Perú, muchas empresas están invirtiendo en sistemas telemáticos avanzados y módulos de seguridad que permiten vigilar el comportamiento de los conductores en tiempo real, emitir alertas preventivas e incluso intervenir si una situación alcanza un nivel crítico. Veamos algunas de las tecnologías clave disponibles para flotas de vehículos livianos:

  • Cámaras inteligentes de cabina: Equipos con doble lente (camino y rostro del conductor) dotados de IA. Detectan distracción (ojos fuera de la ruta), fatiga (ojos cerrados, cabeza caída) y uso del celular/cigarrillo. Al detectar algo, emiten alarmas inmediatas al conductor y envían clips de video al gestor para revisión.

  • Alertas y control de velocidad: Dispositivos GPS con acelerómetro que comparan la velocidad del vehículo con límites fijados. Si hay exceso, activan alertas audibles y registran el evento. Algunos integran fotorradar interno o conectan con bases de datos de límites por zona.

  • Sensores de cinturón e indicadores de pasajero: Integrados al asiento o hebilla, reportan si el cinturón está abrochado cuando el vehículo se pone en marcha. Pueden estar vinculados al sistema de ignición (bloqueo) o a alarmas internas y al centro de control.

  • Inmovilizadores y control remoto: Módulos que permiten a la central de operaciones limitar funcionalidades del vehículo. Por ejemplo, impedir el encendido fuera de horarios autorizados, o reducir la potencia del motor si se detecta conducción extremadamente peligrosa, hasta lograr una detención segura.

  • Telemetría y análisis de estilo de manejo: Plataformas en la nube que recopilan todos los datos anteriores (eventos de frenado brusco, aceleraciones, excesos de velocidad, no uso de cinturón, distracciones, etc.) y generan reportes e indicadores. Con ello se puede calificar el desempeño de cada conductor, generar rankings de seguridad, identificar necesidades de capacitación y hasta predecir qué conductor tiene mayor probabilidad de sufrir un accidente si no se corrige cierto hábito.

Todas estas soluciones tecnológicas actúan como un copiloto virtual que nunca se cansa ni se distrae: vigilando cada viaje y asistiendo al conductor para que corrija sus errores en el acto. 

Por supuesto, la tecnología no reemplaza la responsabilidad humana ni la cultura de seguridad, pero la potencia enormemente. 

Por ejemplo, gracias a estos sistemas, una empresa de transporte puede saber en tiempo real si alguno de sus choferes está incurriendo en comportamientos riesgosos (frenando fuerte, manejando muy rápido o sin cinturón) y tomar acción inmediata antes de que suceda una tragedia.

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Un beneficio adicional de monitorear y registrar estos comportamientos es que permite crear programas de mejora continua: Las áreas de prevención de riesgos pueden analizar patrones, detectar si ciertos turnos o rutas generan más distracciones o fatiga, e introducir cambios (rotación de personal, descansos adicionales, etc.). 

También facilita incentivar a los “buenos conductores”: muchas empresas implementan sistemas de recompensas para quienes mantienen indicadores de conducción seguros (por ejemplo, meses sin exceder velocidad ni recibir alertas). Esto refuerza la cultura de manejo responsable.

En resumen, la tecnología ofrece herramientas para anticipar eventos de riesgo antes de que sean accidentes. En palabras simples, permite pasar de una actitud reactiva (investigar un choque ocurrido) a una proactiva (evitar que ocurra). Y en esa línea, existen ya soluciones integrales en el mercado pensadas para flotas de alto desempeño.


Drivetech FleetEye: solución integral para flotas más seguras

Frente a todos estos desafíos, plataformas como Drivetech FleetEye se han posicionado como aliadas tecnológicas clave para elevar la seguridad vial en flotas corporativas, mineras y logísticas. 

Drivetech FleetEye es una solución integral que incorpora sensores inteligentes, cámaras en cabina, GPS avanzado y análisis de datos en la nube para supervisar el estado de cada vehículo y el comportamiento de sus conductores en tiempo real

En una sola plataforma, el administrador de flota puede visualizar si un chofer está fatigado, si excede la velocidad permitida, si realiza maniobras bruscas o si alguien viaja sin cinturón – todo ello con alertas inmediatas tanto al conductor como al centro de control.

Lo que distingue a soluciones como FleetEye es su capacidad de acción inmediata y aprendizaje continuo. Por un lado, vigila 24/7 cada aspecto crítico (atención del conductor, velocidad, ubicación, etc.) y actúa en milisegundos ante una condición insegura (activando alarmas o medidas preventivas). 

Por otro lado, genera reportes detallados y paneles de control que permiten identificar tendencias y causas raíz: por ejemplo, si se detecta que ciertos recorridos nocturnos generan muchos eventos de fatiga, la empresa puede reestructurar los turnos; o si un conductor tiene repetidos excesos de velocidad, se le programa una capacitación específica en manejo defensivo. 

La información se convierte en acciones concretas para reducir el riesgo.

Importante también es la adaptabilidad de estos sistemas a distintos sectores. FleetEye cuenta con módulos especializados –desde FleetEye Minería (ajustado a normativas y condiciones mineras) hasta versiones para logística urbana– de modo que la solución se ajusta a las necesidades particulares de cada rubro. 

Todas comparten el mismo objetivo: eliminar los comportamientos inseguros antes de que causen el próximo accidente

De hecho, la experiencia ha demostrado que la telemática y los sistemas avanzados de asistencia pueden reducir significativamente los accidentes vehiculares en minería y otras industrias cuando son implementados correctamente junto con una buena gestión del cambio.

En conclusión, mejorar la seguridad vial de una flota requiere atacar de raíz las conductas riesgosas de los conductores. Identificarlas con datos objetivos, corregirlas con entrenamiento y prevenirlas con ayuda de la tecnología es la ruta hacia el Objetivo Cero accidentes

Herramientas como Drivetech FleetEye hacen posible este nivel de control y protección proactiva. 

¡Nunca es tarde para dar el salto hacia una flota más segura y eficiente! Implementar una solución tecnológica de vanguardia puede salvar vidas, evitar pérdidas millonarias y asegurar la continuidad operativa – una inversión que se justifica por sí sola.

¿Quieres llevar la seguridad de tu flota al siguiente nivel? Visita el sitio oficial de Drivetech FleetEye para conocer más sobre esta plataforma integral de monitoreo de comportamientos inseguros y descubrir cómo puede ayudar a tu organización a prevenir accidentes antes de que ocurran

Los responsables de seguridad vial, logística y prevención de riesgos hoy cuentan con más herramientas que nunca: aprovecharlas marcará la diferencia entre seguir reaccionando a los accidentes o evitarlos y proteger lo más importante – la vida de las personas y el éxito del negocio.

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