Los 5 errores críticos que aumentan la siniestralidad en flotas mineras
Los accidentes vehiculares en la industria minera no solo cobran vidas, sino que también generan cuantiosas pérdidas operativas y responsabilidades legales para las compañías.
En una faena minera, un solo accidente puede paralizar las operaciones por horas o días, implicando multas y costos millonarios en producción.
Peor aún, nuevas normativas en países mineros exigen a las empresas implementar modelos efectivos de prevención, bajo riesgo de sanciones a sus ejecutivos ante siniestros graves.
En este contexto, resulta alarmante la proporción de accidentes fatales en minería vinculados a vehículos. Según Sernageomin (Chile), en los últimos 20 años el 23% de las muertes en la mediana y gran minería fueron ocasionadas por vehículos motorizados.
De manera similar, el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú reportó que en 2021 hubo 63 accidentes mortales en el sector minero peruano, de los cuales el 66% ocurrieron en carreteras.
Es decir, dos de cada tres fatalidades mineras peruanas sucedieron durante el traslado en ruta, reflejando la enorme incidencia de los siniestros viales en la actividad minera regional.
¿Por qué los vehículos livianos de las flotas mineras –como camionetas de transporte de personal, 4x4 de supervisión y otros– siguen protagonizando tantos incidentes?
Terrenos irregulares, altas velocidades en caminos remotos, jornadas extenuantes y una cultura de seguridad variable son parte del cóctel de riesgos.
A continuación, examinamos en profundidad los 5 errores críticos al volante que están disparando la siniestralidad en las flotas mineras de Chile, Perú y Latinoamérica.
Identificar estos factores es el primer paso para poder mitigarlos y proteger vidas, equipos y continuidad operativa.
1. Distracción del conductor
La distracción al volante encabeza la lista de causas de accidentes viales, y en un entorno minero puede ser especialmente fatal.
Desviar la atención por revisar el teléfono, la radio o incluso por la fatiga misma, aunque sea por segundos, puede derivar en choques contra maquinaria, atropellos o caídas a pique en caminos sin protecciones.
Las cifras en Chile confirman la gravedad del problema: el 13,07% de los siniestros viales con consecuencias fatales entre 2019 y 2023 se debieron a conductores no atentos a las condiciones del tránsito.
Esto incluye casos de conductores utilizando el celular, fumando, comiendo o simplemente distraídos mirando otro punto que no es el camino.
En rutas mineras de suelo irregular, una pequeña distracción puede significar perder el control del vehículo o no ver a tiempo un obstáculo – con resultados trágicos.
Es revelador que varios países de Latinoamérica estén tomando cartas en el asunto. Chile, por ejemplo, implementó la Ley 21.377 (Ley “No Chat”), que prohíbe el uso del celular al conducir y endurece las sanciones.
Esta ley –similar a las adoptadas en otras naciones– nació del alarmante incremento de accidentes asociados al smartphone. Aun así, a diario se ven conductores en faenas mineras atendiendo llamadas o mensajes en plena marcha.
La lección es clara: cualquier actividad que desvía la atención (aunque parezca inofensiva) degrada el desempeño en la conducción y puede desembocar en un desastre en cuestión de instantes.
La distracción al volante no perdona: en las condiciones difíciles de la minería, mantener la concentración absoluta es vital para prevenir tragedias.
2. Maniobras agresivas y comportamientos bruscos
Los comportamientos bruscos al volante –frenazos intempestivos, giros violentos, aceleraciones súbitas– representan otro error crítico que eleva la siniestralidad en flotas mineras.
Estas maniobras agresivas suelen ser síntoma de una conducción descuidada o reactiva, y en terrenos mineros pueden desencadenar fácilmente pérdidas de control, volcamientos o choques.
De acuerdo con la CONASET de Chile, el 7,4% de los accidentes viales fatales en 2019-2023 se atribuyó a pérdida de control del vehículo o cambios sorpresivos de carril – eventos típicamente causados por frenadas, virajes o acelerones bruscos.
En otras palabras, cerca de 1 de cada 13 muertes en carretera en Chile ocurrió porque un conductor hizo un movimiento abrupto que terminó mal.
En la minería, un viraje repentino para esquivar una roca, o un frenazo brusco por distracción, puede causar que una camioneta se desestabilice en un camino de ripio.
Estos vehículos elevan su centro de gravedad con carga y pueden volcar con mayor facilidad que un automóvil convencional. Además, las maniobras agresivas generan reacciones en cadena: por ejemplo, un frenado inesperado en caravana puede provocar colisiones múltiples si el resto de los conductores no mantienen suficiente distancia.
Del mismo modo, invadir carriles de forma imprudente en rutas angostas de acceso a la mina eleva la posibilidad de choques frontales.
Según expertos, reducir estos comportamientos de riesgo no solo evita incidentes directos, sino que también disminuye el estrés vial: cuando los conductores mantienen una conducción suave y defensiva, previenen sustos entre sus colegas de ruta y ayudan a todos a reaccionar con más tiempo ante imprevistos.
En suma, conducir con prudencia y evitar movimientos bruscos es fundamental en entornos tan exigentes como los mineros, donde un error de cálculo puede costar muy caro.
3. Exceso de velocidad
El exceso de velocidad es un factor omnipresente en la siniestralidad vial y las carreteras mineras no son la excepción. Con prisa por cumplir turnos o transportar insumos, muchos conductores exceden los límites seguros en caminos sinuosos o descensos prolongados, reduciendo su margen de reacción.
Las estadísticas en Chile son contundentes: la principal causa de accidentes viales fatales es manejar a una velocidad no razonable ni prudente, responsable del 20,29% de los casos. Dicho de otro modo, 1 de cada 5 muertes en carretera chilena ocurre por conducir demasiado rápido.
Esta temeridad se refleja en el tipo de siniestros registrados: los excesos de velocidad derivan en choques frontales en un 43,8% de las ocasiones, volcaduras en un 28,8% y colisiones por alcance en un 23,8%, dejando 1266 fallecidos en el período analizado. Son cifras estremecedoras que evidencian cómo la velocidad mata.
En operaciones mineras, los riesgos de correr demás se multiplican. Un vehículo liviano que circule a alta velocidad por una vía interior puede no alcanzar a frenar ante una excavadora atravesando, o puede volcar al tomar muy rápido una curva cerrada en el rajo de la mina.
Adicionalmente, muchos yacimientos se ubican lejos de centros urbanos, obligando a largas rutas por autopistas y carreteras rurales donde es tentador acelerar sobrepasando los límites. Justamente en estas vías abiertas fuera de la ciudad se concentra la mayor cantidad de fallecidos por velocidad imprudente, ya que las altas velocidades combinadas con la menor vigilancia generan un escenario letal.
Frente a esto, países como Chile han impulsado iniciativas como CATI (Centro Automatizado de Tratamiento de Infracciones) para controlar electrónicamente la velocidad mediante fotorradares, buscando disuadir a los conductores más temerarios.
En el contexto minero, fomentar una cultura de respeto a las velocidades máximas –y ajustar aún más los límites en zonas de riesgo dentro de la faena– es crucial para salvar vidas y proteger los activos de la empresa.
4. No usar el cinturón de seguridad
El no uso del cinturón de seguridad no es una causa directa del accidente, pero sí es un error crítico que agrava enormemente sus consecuencias. En un choque o vuelco, llevar el cinturón bien puesto puede marcar la diferencia entre un gran susto y una tragedia.
Estudios globales han demostrado su efectividad, y en Chile las autoridades estiman que el cinturón ha salvado la vida del conductor y pasajeros en hasta el 50% de los accidentes viales fatales.
Esto significa que, de cada dos siniestros mortales, en uno de ellos las personas podrían sobrevivir gracias a ir sujetas apropiadamente. No se trata solo de evitar salir despedido del vehículo: los sistemas de seguridad modernos están diseñados para funcionar con el cinturón abrochado.
Por ejemplo, en una colisión violenta, el airbag se despliega a unos 240 km/h; el cinturón mantiene al ocupante en la posición correcta para que la bolsa de aire lo proteja, reduciendo drásticamente las lesiones.
Sin cinturón, ese mismo airbag puede causar daño, o el ocupante puede golpearse contra el volante o salir proyectado fuera del vehículo.
Lamentablemente, en faenas mineras aún se observan conductores y pasajeros que relajan esta medida básica de seguridad, a veces porque los trayectos dentro de la mina son cortos o a baja velocidad.
Es un falso sentido de seguridad: incluso un choque a 40 km/h contra una roca puede resultar letal si el ocupante no lleva cinturón. Los responsables de flota minera señalan que el uso consistente del cinturón es uno de los indicadores más fuertes de cultura de seguridad entre los trabajadores.
De hecho, muchas compañías implementan políticas de “cero tolerancia” al respecto y monitorean con sensores o cámaras si el chofer está abrochado, emitiendo alertas en caso contrario.
El cinturón de seguridad es el aliado más sencillo y efectivo para reducir la mortalidad: omitirlo, por descuido o complacencia, es un error inaceptable que puede costar vidas valiosas en la minería.
5. Fatiga y somnolencia del conductor
La fatiga del conductor es quizás el más insidioso de los factores, pues se acumula silenciosamente hasta provocar microsueños o lentitud de reacción.
En el sector minero, donde los turnos suelen ser largos, a altas horas o en condiciones monótonas (como largos traslados por carretera), el riesgo se multiplica. A nivel mundial se reconoce la fatiga como uno de los mayores factores de riesgo para la seguridad vial– equiparable incluso a los efectos del alcohol en la conducción.
De hecho, conducir con fatiga puede ser tan peligroso como conducir ebrio, ya que la somnolencia disminuye la alerta y retarda los reflejos del chofer.
En esas condiciones, el conductor cansado puede no percibir una curva, no ver un vehículo detenido más adelante o demorarse demasiado en frenar ante un imprevisto.
En minería abundan los escenarios propicios a la fatiga: operadores que manejan después de jornadas extenuantes, personal que conduce de madrugada hacia el yacimiento, o traslados a altas horas de la noche de una faena a otra. El cuerpo humano tiene límites, y cuando se los fuerza aparecen síntomas inevitables: párpados que pesan, bostezos frecuentes, lapsos breves de microsueño y reducción de la concentración.
Si un conductor lucha por mantener los ojos abiertos, su vehículo esencialmente circula sin control durante metros o kilómetros, poniendo en riesgo a todos en la ruta.
No sorprende que la fatiga sea considerada el factor número uno en muchos accidentes de transporte. Las regulaciones laborales intentan mitigarla –por ejemplo, limitando las horas de manejo continuo y exigiendo pausas de descanso–, pero en la práctica esos límites a veces se exceden por las demandas operacionales.
La tecnología ahora ofrece aliados para enfrentar este problema: sistemas de detección de fatiga y somnolencia mediante cámaras en cabina e inteligencia artificial pueden monitorear los ojos y gestos del conductor, activando alarmas sonoras o vibratorias al detectar signos de sueño.
Algunas flotas mineras de vanguardia ya incorporan estas soluciones, reduciendo drásticamente los incidentes relacionados con conductores agotados.
Pero la primera línea de defensa sigue siendo la gestión responsable de las jornadas y la concientización: ninguna meta de producción justifica arriesgar vidas manejando en estado de fatiga. Identificar a tiempo el cansancio y tomar un descanso puede evitar un accidente tan grave como los provocados por el alcohol.
En el desafiante entorno minero, el descanso del conductor es sagrado y su falta, un error crítico que debemos prevenir activamente.
Recursos adicionales
Campaña de seguridad minera – Accidentes con Vehículos (Sernageomin) – Video educativo oficial de Chile que aborda las principales causas de accidentes fatales en minería, incluyendo la siniestralidad por vehículos motorizados.
Visión Zero en accidentes de tránsito en minería (Instituto de Seguridad Minera, 2024) – Webinar técnico sobre el enfoque Visión Cero aplicado al transporte minero. Expertos discuten estrategias para eliminar accidentes viales en operaciones mineras, con énfasis en tecnología y cultura de seguridad.
Prevención y soluciones tecnológicas
Abordar estos cinco errores críticos requiere no solo capacitación y normas, sino también aplicar tecnología de punta para monitorear y corregir comportamientos en tiempo real.
De hecho, la experiencia demuestra que la telemetría y los sistemas avanzados de asistencia pueden reducir significativamente los accidentes vehiculares en minería.
Herramientas como cámaras que detectan distracciones, alertas de velocidad, recordatorios de cinturón y monitoreo de fatiga se están convirtiendo en aliados indispensables para los jefes de flota.
Tales sistemas no duermen ni se distraen: vigilan cada viaje y ayudan a anticipar eventos de riesgo antes de que sean accidentes.
En este sentido, soluciones integrales como Drivetech FleetEye Minería se perfilan como aliados tecnológicos clave para la industria.
FleetEye Minería es una plataforma completa de seguridad vehicular que incorpora sensores inteligentes, cámaras en cabina, GPS avanzado y análisis de datos en la nube para supervisar el estado de cada vehículo y el comportamiento de sus conductores.
Es el nuevo estándar en las flotas de vehículos en faena minera.
Con herramientas así, es posible detectar en tiempo real si un chofer está fatigado, si excede la velocidad permitida en ciertos tramos, si realiza maniobras bruscas o si alguien viaja sin cinturón, activando alertas inmediatas tanto al conductor como al centro de control.
Además, el sistema genera reportes detallados que permiten identificar patrones de riesgo y tomar medidas proactivas (como recalibrar rutas peligrosas, programar descansos adicionales o reforzar entrenamientos específicos).
La tecnología por sí sola no sustituye la cultura de seguridad, pero potencia enormemente la capacidad de prevención.
Si en tu operación minera buscas llevar la seguridad vial al siguiente nivel, considera incorporar herramientas como FleetEye. Drivetech FleetEye Minería ofrece una solución integral para eliminar estos errores críticos antes de que causen el próximo accidente.
¿El resultado? Conductores más conscientes, flotas más controladas y operaciones mineras más seguras y eficientes.
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